domingo, 6 de septiembre de 2015

Crónicas Nonduermeñas (Agosto)


AÑO VI Nº 68 Pedro Simón: Cronista de Nonduermas Ago. 2015
Nonduermas: latitud 37· 58’ 16’’ N; longitud 1· 10’ 15’’ O. Altitud 50m. Demografía: 2378 hab



Devoción de Ultramar en Nonduermas

De allá, Quillacollo, cerca de Cochabamba, en Bolivia, los nativos asentados en estas tierras huertanas de Nonduermas, han traído la devoción de sus ancestros y el calor de su terruño, con su querida Virgen de Urkupiña, nombre con que veneran a la Virgen María y rememoran, con toda devoción, cada 15 de agosto, día de La Asunción.

Copyringt@Pedro Simón Muñoz 2010, R. P. I. nº 08/2010/157
Tirada: 200 ejemplares

Noticias de Interés

Fallecimientos:

                               El día 3: Carmen Párraga Baños
El día 6: Francisco Hernández Conesa


Pavimento paso peatonal


Nuestro pueblo tiene rincones muy saludables y acogedores. Algunos de ellos se prestan a rememorar tiempos pasados, cuando nuestros abuelos se sentaban en el porche de la casa a ver pasar la gente, saludarla y tener un minuto de conversación.
A la vista está este rincón idílico, reestructurado este mes de agosto con un pavimento antideslizante y los bancos para el descanso y el recreo de la vista, bajo la sombra de los brachichitos, viendo pasar el tren a la espalda y los coches delante.
Al fondo se ve el nuevo aparcamiento disuasorio, ubicado en un pequeño solar que antes era un nido de ratas y maleza.
Es posible que esta fotografía sea histórica y la vía férrea que está a la espalda, el próximo año ya no la veamos, porque esté subterránea y este espacio se haya convertido en un espacio de asueto. ¡Es el sueño de todo nonduermeño.


Mercado de los sábados




Este mes de agosto ha sido uno de los más calurosos de las últimas décadas. Lorenzo ha caldeado tanto el terruño, que algunos días ha alcanzado el termómetro los 45º.

El pueblo quedó, literalmente, vacío. Sus calles estaban desiertas. El que no tiene su casita en Los Narejos o Los Alcáceres, la tiene en el campo. O no sale de de su casa y se queda bajo la sombra de su parra, que aún hay lugares así.

Pero los pocos nonduermeños que quedan tienen que llenar la despensa y de ello se encargan los sufridos vendedores, que todos los sábados, llueva o truene, ponen sus puestos de frutas y verduras, y vocean alegremente su mercancía.

Se nota la carencia de algún puesto de venta, pero muy pocos. No sólo compran los naturales del pueblo. También vienen de los alrededores. Y, aunque la venta no es muy boyante, los sufridos vendedores se defienden dando salida a sus mercancías.

El vendedor se esmera lustrando los productos expuestos al público. Y la algarabía que se arman todos los sábados en el recinto del mercado, da vida y alegra el lugar. 

El estío no amilana a los vendedores 


A partir de las 8 de la mañana, todos los puestos de venta están dispuestos para satisfacer las necesidades de los compradores. Que no son tales: son pocos los hombres que van de mercado.

Las mujeres, nuestras madres y abuelas, acostumbradas a madrugar de siempre, a partir de las 8:30 ya están merodeando por los puestos, ojeando las mercancías. Y comparando calidad y precio.

Ya no se oye el regateo, como no hace mucho tiempo. Si acaso, el ama de casa pregunta el precio del artículo (si no lo tiene puesto), calibra mentalmente sus necesidades y posibilidades. Y compra. O, no.

Unas de las cosas que llama la atención es el éxito del puesto de macetas y flores: es rara la mujer que no compra una maceta o ramo de flores. Lo mismo el puesto de charcutería: siempre hay fila para comprar.

También el puesto de frutos secos y el de salazones. Nuestras madres y abuelas tratan de llenar la despensa para la semana y que no falte la verdura y la fruta fresca.

Algún sábado que otro se ve un personaje singular, ya mayor, que empuja una vieja bicicleta pletórica de candados, llaveros y cachivaches, que no vende ni compra. Sólo pasea y charla amigablemente con cualquier vecino. No es del pueblo. Un día le haré una entrevista, porque es un personaje genuino.

La mañana de los sábados se ha convertido en un lugar de encuentro familiar de las vecinas. Y, aunque cada una va a lo suyo, no quita que se pare un segundo para hablar con su convecina e interesarse por toda la familia. Es un momento de expresar su apego vecinal y enterarse por los pormenores acaecidos en siete días. 


La devoción también emigra 

Los bolivianos y bolivianas que han acampado por nuestro terruño, han traído consigo sus usos y costumbres. Y tratan de mimetizarlas con las nuestras.
Desde hace varios años, llegado el mes de agosto, los bolivianos se vienen reuniendo donde estaban Los Bolos ‘El Rubio’, un rincón de nuestra huerta nonduermeña. Y se congregan en honor a la Virgen de Urkupiña, a la que veneran con gran devoción.
Allí se reúnen, de toda Murcia, la primera quincena de agosto, rezan fervorosamente el Santo Rosario, hacen competiciones deportivas y arropan a su querida ‘Mamita y el Niño’, la Virgen de Urkupiña.
Más o menos, así sería como fue traída la devoción de Nuestra Señora de Cortes desde Alcaráz, por los naturales de aquellas tierras castellanas.
Y el día de la Virgen de agosto, Nuestra Señora de la Asunción, es una explosión festera con salsa boliviana. Celebran la Eucaristía, con sumo fervor, en nuestra parroquia. Vienen adornados con sus mejores galas y hacen lo mismo con sus vehículos y enseres.
Las nativas traen, orgullosas, como madres amorosas, en sus brazos y regazos, a su ‘Mamita’ desde el ligar que ha estado todo el año, y la colocan en un lateral del Altar, a la vista de todos los feligreses.
Llama la atención el recogimiento y fervor con que oyen la Eucaristía. Allí, ante el Santísimo, exponen sus cuitas. Están lejos de su tierra. Dejaron familia, amigos y conocidos, y vinieron a nuestra Murcia, buscando oportunidades laborales mejores. Pero tropezaron con tiempos difíciles y las cosas no les han sido tan sencillas como esperaban. La vida diaria es muy dura y la lucha por la existencia ha de ser constante. Mas no se rinden. Son luchadores y hacen frente a las adversidades diariamente con entusiasmo. Estos días de agosto, con la canícula que derrite los sesos, no pierden su buen humor y se guardan la morriña de su tierra añorando el calor familiar. Descargando todo ello en su madre del cielo: la Virgen de Urkupiña, Patrona de la Integración Nacional de Bolivia que, como todas nuestras vírgenes, es de un porte escultural bellísimo. 

Folklore y devoción de allende los mares   


Una niña ataviada con el traje típico de su tierra, posa ante su ‘Mamita’ del cielo y refleja su candor y sonrisa a todos los congregados.
La tradición cuenta que, a principios del siglo XVII, en Quillacollo, Bolivia, la Virgen, con el Niño en brazos, se le apareció a una pastorcilla que luego jugaba con el Niño, al pie de una fuente de aguas cristalinas. Y cada 15 de agosto celebran este evento con gran fervor, desde 1760, que se tenga constancia documental.
La Virgen de Urkupiña (urkupiña= ya está en el cerro), actualmente, atrae a miles de peregrinos de toda Bolivia y naciones colindantes, todos los años. Se venera en la Iglesia de San Ildefonso de Quillacollo desde 1947, aunque su veneración nacional es mucho anterior: desde el siglo XVIII
Cuando una persona emigra, no sólo arrastra con él sus carencias y penalidades. También se lleva el dolor y recuerdo de los seres queridos que deja. Y la fe que mamó de su madre y que el padre metió en su corazón.
Y esa fe aflora allí a donde va. Y como la fe es tan fuerte, no la pueden esconder y la muestran, con orgullo, celebrando su folklore con todo boato.
El 15 de agosto, nuestra parroquia vivió un momento muy álgido de fe y amor en una Misa llena de colorido. Acabada la misma, todo era parabienes en la Plaza de la Iglesia, donde estaban expuestos los autos con las mejores galas.
Después otras manos femeninas se llevaron su sagrada Imagen a los Bolos ‘El Rubio’, y continuaron la fiesta con una opípara comida llena de toda clase de manjares, bailes típicos y atracciones lúdicas diversas.
Felicidades a todo el colectivo boliviano, de este cronista.


Convulsión política en las pedanías

Estamos a principio del siglo XXI y, en ciertos estamentos, se respira como a mediados del siglo XIX y primeros del XX, cuando los cambios políticos hicieron retumbar los pueblos. Todo empezó con ‘La Pepa’, cuando en la Constitución de 1812 se le dio autoridad estamental a los pueblos. Y con ellos, a las pedanías. Murcia no fue menos. Sus pedanías se convulsionaron.
Muchas de ellas pasaron a tener ayuntamiento propio con su alcalde correspondiente y sus ediles reglamentarios. En la Revisión de la Instrucción de 23 de junio de 1813, el regidor Pascual de Cuenca Sánchez limita los ayuntamientos de La Ñora, Guadalupe, Nonduermas y Monteagudo. Acta según consta en un legajo (nº 1 del Archivo Municipal de Murcia y número 4.169. y otro con el nº 2.802 de 1 de febrero de 1822). Pero su mayor auge lo tuvo Nonduermas, durante el trienio 1820-1823, cuando fue consolidada en ayuntamiento propio, aunque fue efímero y duró poco. Pero su categoría fue tal, que el alcalde lo nombraba el propio rey. En el periódico El correo Murciano, en su página 3 a fecha 17 de mayo de 1823, hay una pequeña reseña en la que un ciudadano se dirige al editor haciendo una súplica a la Diputación Provincial y en ella nombra tácitamente “los ayuntamientos de Nonduermas, la Raya y puebla, la Hera-alta, aljucer, Algezares y otros (sic)”
Más reciente, el periodista Antonio Segado del Olmo, en un artículo publicado en La Verdad de Murcia (página 4 y 5, del 3 de diciembre de 1978), dice: “Nonduermas, paraje de la huerta murciana, pedanía entre Era Alta, la Raya y otros lugares de sonoro y familiar nombre, es terreno secular y viejo, de noble señorío. Antiguamente al alcalde pedáneo lo nombraba el rey”
Esto es un poco de historia. Pero ¿qué pasa hoy? El 24 de mayo fueron las elecciones y hubo un cambio total en la política regional: José Ballesta Germán es elegido alcalde de Murcia y Pedro Antonio Sánchez López, presidente de la Región. Ambos han tomado posesión de su cargo recientemente. Y ¿qué pasa con las pedanías, ya que, actualmente, el pedáneo es elegido por el alcalde de la capital?
La mayoría siguen huérfanas de síndico. Nonduermas y otras es un caos gubernativo. Siguen teniendo su pedáneo en funciones, pero atados de pies y manos porque no saben su futuro. En este estado de revuelta política, no saben qué hacer y no toman decisiones nuevas. Aunque, en cierto modo, nuestra pedanía es una privilegiada: parte de las estructuras previstas se han ejecutado. Se ha reformado la acera del paso subterráneo. Se han pintado y señalizado la carreta y las calles. Y han empezado las obras de reforma en el colegio público Nuestra Señora de Cortes. De forma algo precaria, nuestro rincón huertano no está paralizado del todo. Pero, sí se nota la carencia de mando activo. Los vecinos tienen un descontento general. No sólo en Nonduermas, ya que lo sufren las demás pedanías. Todas tienen ciertas documentaciones y peticiones pendientes a falta de la firma del pedáneo. Es de esperar, que en un plazo corto se resuelva esta cuestión, y el alcalde Ballesta nombre a sus representantes en las pedanías.

 (Publicado por este cronista en La Opinión el 11-7-15, pág. 6).      


Nueva puerta de la Iglesia 


La solidez de la puerta está a la vista. Ahora destaca con la fachada, que está pidiendo a gritos una reforma y adecentarla. La puerta ha sido fabricada por la Carpintería Hermanos Coco de Cieza. Y está hecha con madera de iroko, similar a la de teca en dureza, densidad y calidad: es madera noble oriunda de África. Su valor total ha sido de 9100 euros, costeada por el pueblo con colectas y donativos. Sus dimensiones son de 4,50x2,50 m.

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